La Unión Europea espera pactar con el régimen totalitario una hoja de ruta para las negociaciones del nuevo acuerdo de diálogo político y de cooperación, en la primera ronda que acogerá la dictadura los próximos 29 y 30 de abril. «La primera sesión se centrará principalmente en el establecimiento de las modalidades y una hoja de ruta para las negociaciones».
El director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior, Christian Leffler, encabezará las
negociaciones por parte europea, mientras que por parte del régimen totalitario
lo hará el funcionario de Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno.
La idea es mantener reuniones cada dos meses de forma alternativa y contactos informales, incluyendo
videoconferencias.
El propio Leffler confió el pasado marzo en que ambas partes hicieran «un
buen progreso» en las negociaciones, aunque auguró que «resultados más lentos» con la dictadura que con otros
socios de la zona con los que la UE negocia otro tipo de acuerdos.
El acuerdo, que fue promovido por el anterior Gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero y cuyo mandato fue aprobado por los
Veintiocho en febrero, se tratará de cerrar «en algún momento en
2015». Será «mejor un buen
acuerdo que rápido», dado que se supone que debe enmarcar las relaciones bilaterales «durante 15 o 20 años».
«Un acuerdo con la UE incluirá disposiciones
sobre derechos humanos»
«Lo rápido que progresemos dependerá mucho de cómo reaccionará la dictadura
a la agenda que hemos fijado. Son bien conscientes de que cualquier acuerdo con
la UE incluirá las disposiciones normales sobre gobernanza, democracia, derechos humanos y no
proliferación de armas de destrucción masiva. Informalmente han confirmado que
no será un problema para ellos. El
demonio está en el detalle, pero en principio están de acuerdo», explicó
Leffler el pasado marzo ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Euro-cámara.
El alto diplomático dejó claro que el objetivo de las negociaciones con la
dictadura «no es cambiar fundamentalmente nuestra política hacia el régimen
totalitario», cuyos objetivos se conocen «desde hace tiempo». «Son apoyar el cambio y la modernización de
Cuba, defender y promover los derechos humanos, ampliar el espacio para los
cubanos individuales a ejercer sus libertades fundamentales. Esto sigue sin
cambios», precisó.
Se espera que el acuerdo de normalización de las relaciones potencie las
inversiones europeas en áreas con potencial como la "agricultura" y el turismo, aunque nunca se ha contemplado negociar
un acuerdo de libre comercio bilateral.
El nuevo acuerdo representa un giro
relevante en las relaciones bilaterales, porque está llamado a reemplazar la Posición
Común que la UE adoptó y que (según los pusilánimes dirigentes de la UE)
condiciona todo avance en las relaciones a la mejora de la democracia y los
derechos humanos-, pero no supondrá en la práctica un cambio sustancial en la
política europea hacia la dictadura. La idea es poder eliminar la Posición
Común una vez concluido el nuevo acuerdo.
Y comerciar
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