sábado, 3 de mayo de 2008

Cuba y la Libreta de Abastecimiento



Los funcionarios del régimen totalitario necesitan una libreta de abastecimiento.

Y Fidel también.

Respuesta al artículo publicado en “Rebelión” por Celia Hart, hija de Armando Hart, uno de los funcionarios históricos de la dictadura de Fidel Castro.http://www.rebelion.org/noticia.php?id=66837&titular=la-humanidad-necesita-la-cartilla-de-racionamiento---------

Existe una gran diferencia entre una cartilla de racionamiento y una libreta de abastecimiento como la existente en Cuba.
a) Una cartilla de racionamiento lleva implícita la cantidad de artículos a los cuales, la población, tiene derecho de adquisición, ya sea a diario, semanal, mensual etc, etc…
b) La libreta de abastecimiento, en Cuba, abastece (valga la redundancia) conforme a las posibilidades que tiene el des-gobierno de distribuir los productos que, al no saberse nunca que rayos se va a abastecer, ni por donde comienza el abastecimiento crea un inmenso estado de ansiedad en la población.


De ahí que el propio desgobierno haya utilizado los medios radiales y televisivos para tratar de orientar a la población. Y sus locutores informan que la distribución del “perro sin tripas” (salchichas sin piel) va por el Cotorro o el “pollo de población” (vaya usted a saber cuál es la definición) comenzará a distribuirse por Arroyo Naranjo.A la libreta de abastecimiento, como todavía le decimos los cubanos a ese instrumento, algún día tendremos que hacerle un monumento. Y ese monumento pudiera ser una libreta de abastecimiento, llena de telas de araña. Su emplazamiento en el protestódromo nacional, para que se encuentre en un lugar bien visible.Dice Celita que puede que la libreta no sea tan necesaria ahora. Claro, ella nunca en su vida ha tenido que comer de la libreta, pero los que padecimos, desde sus inicios, la implantación de la libreta de abastecimiento, asociamos la palabra “revolución” a la maldita palabra.Fue la implantación del igualitarismo absurdo y ridículo lo que condujo al sistema macabro de abastecimiento. Con el ánimo populista de crear puestos de trabajo (sin ton ni son), que no respondían al aumento de la economía cubana, sino todo lo contrario, el régimen totalitario aumentaba el poder adquisitivo de la población, alterando la ley de la oferta y la demanda. Osea, se creaban nuevos puestos de trabajo (sobre todo en servicios) mientras que la producción de bienes de consumo decrecía. De ahí que en un breve período de tiempo (a menos de tres años del derrocamiento del régimen dictatorial de Batista), el nuevo régimen implantado por Fidel Castro se viera ante la disyuntiva de aumentar los pecios de los productos o inventar un sistema de abastecimiento nunca antes conocido por el pueblo cubano.Para el régimen, recién implantado, era políticamente catastrófico aumentar los precios de los productos. ¿De que hubiera servido, entonces, la creación de nuevos puestos de trabajo?


Mi mentalidad de adolescente me hizo pensar que gracias a esa libreta de abastecimiento, los cubanos íbamos a ser distribuidos por igual. Mientras tanto, intentaba adivinar de quien era la culpa de cada producto ausente y si bien comprendía que los productos extranjeros no debían llegar a Cuba, como consecuencia directa del bloqueo imperialista, no llegaba del todo a razonar el por que, productos que de consumirlos estaríamos “haciendo patria”, habían desaparecido del consumo diario. ¿Es eso lo que debe merecer el reconocimiento del mundo? ¿Que el pueblo cubano, hoy en día, se parezca más al pueblo haitiano?

Al decir de Celita, muchos países deberían adoptar el estilo de libreta de abastecimiento, que impuso el régimen totalitario de Fidel Castro en Cuba y de esa forma paliar la crisis alimentaria en que viven.

Hubo un momento (al principio) en que volvimos a comer manzanas, turrones y otros productos de la misma especie, que ya habíamos probado en los primeros años de la “LA” y eso sucedió “gracias” a La Unión Soviética y demás países socialistas.


Un buen día nos dejaron solos (ya era una persona mayor) y recordé entonces, el primer período especial a finales de los 60 y principios de los 70 (que no se llamó así, pero que en cuestiones de privaciones y apagones era lo mismo). Tampoco había pasta de dientes y por vez primera vi algo parecido al gel moderno, para cepillarse los dientes.

Lo que aun sigue en pie, Celita, es un régimen que mantiene sumido al pueblo cubano, en afrentas y oprobios. Vergüenza debía darte, exigir respeto, cuidado y amor para los empeños de eternizar una dictadura totalitaria que ya tiene 50 años de vida.


No es una cartilla de racionamiento, Celita. El desgobierno cubano ha dispuesto una forma de distribución de mercancías que deja bien definidas las clases sociales existentes en el país.Tomemos por ejemplo el caso de una pareja que decide contraer nupcias.

La pareja en cuestión debe realizar la reservación en el palacio de los matrimonios que le corresponde, lugar en donde deben estampar la primera firma.Este es el primer paso, el cuál supone le dé el derecho de hacer la reservación de la luna de miel.La luna de miel se ha hecho tradición en casi todo el mundo, pero en Cuba, más que un acontecimiento amoroso de dos recién casados, se convierte en una tortura síquica desde que se inician los primeros trámites.

Después de dar la primera firma, la pareja debe dirigirse a la OFICODA (oficina de control de productos alimentarios, más conocida como LIBRETA DE ABASTECIMIENTO para encargar 10 cajas de cerveza que es lo que estipula el gobierno tanto para una boda como para la celebración de una fiesta de 15 años).Si la luna de miel se ha convertido en una tradición, es tradicional, también, que las cajas de cerveza se compren el mismo día de la boda. Esto no es ni casualidad ni atraso. Sencillamente no son pocos los casos que para adquirir las cervezas (que de otra forma tendrían que comprar en CUC), den la primera firma y luego no concluyan el proceso matrimonial.


Sucede que el gobierno, en su afán de “proteger” a los más necesitados ha protegido los precios de éste tipo de abastecimiento y los más espabilados han convertido, algo tan solemne como el matrimonio en una actividad lucrativa.

El refranero popular es inmensamente sabio “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Resulta que con la medida de aguantar la entrega de las referidas cajas de cerveza, hasta última hora, no han sido pocos los matrimonios que han desistido en la compra de la cerveza “protegida” y los beneficiados han sido los funcionarios de la OFICODA.

Aunque parezca increíble, espabilados no-solo son los que están fuera del sistema de la OFICODA, también en el organismo los hay espabiladísimos que atrasan, ex profeso, la mercancía, de forma tal de quedarse con la cerveza “protegida” y luego venderla a 10 pesos la botella. Existe otra disposición que consiste en la obligación de llevar las botellas vacías o de lo contrario no despachan las botellas llenas.


A la pregunta de que cuando podrán recoger las cervezas, casi siempre la respuesta es, que hay un mes de atraso y hasta más.El funcionario de la OFICODA que se le ocurra decir que pueden recogerlas antes del día de la boda, es considerado un cretino.Por supuesto, los novios hacen de tripas corazón y “resuelven” la cerveza del matrimonio por otro lado.

Las palabras resolver y conseguir, en Cuba, tienen una acepción que no se encuentra en ningún otro país de habla hispana, “ROBAR”.

De manera que tenemos bien definidas las diferentes clases sociales existentes en el país: Aquellos que pueden comprar la cerveza en CUC, aquellos que las pueden comprar a 10 pesos moneda nacional y los que solo la pueden “comprar” al amparo de la OFICODA. Aunque parezca absurdo, estos últimos siguen siendo los más sufridos.

Es increíble lo que sucede cuando un matrimonio empeñado en no perder su derecho a los productos, se esfuerza en reclamarlos y obtiene por respuesta, en la primera ocasión, que había atraso, luego que si los carnavales y por último, pasados los meses, que se acabaron o el plazo para la adquisición se ha vencido.

¿Qué el gobierno no puede garantizar? Eso suena a ridículo. Sencillamente al gobierno (impuesto por Fidel Castro) no le interesa en lo más mínimo si los matrimonios tienen o no cervezas.

Todo lo de las subvenciones y los precios protegidos se convierten en cuento al abrirse las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD) y las personas tienen que acudir a ellas para poder subsistir.

La medida de la libreta de abastecimiento no es una medida económica, es totalmente política y es por eso que el Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) no puede dar una respuesta al mal generalizado. Así como tampoco puede hacer nada para poner remedio al mal.

Cuando se desmerengó el campo socialista y luego la URSS parecía que se acababa todo, la libreta de abastecimientos prácticamente dejó de existir, pero el bloqueo existía desde hacia mucho tiempo. Ahora lo que se recrudecía era el desgobierno, incapaz de prever una situación como esa. La moneda dura se encontraba prohibida, aunque los más atrevidos, además de los funcionarios y sus hijos (caso de Celita), hicieran uso de la misma en las pocas tiendas en divisa que funcionaban en la capital.

El desgobierno ha logrado que las sábanas que cubren a nuestros hijos estén hechas de retazos. Que todavía los carros de los años cincuenta, en lugar de ser piezas de museo, sirvan para llevar el pan de cada día al hogar de Cuba. Que el motor de una lavadora se haya convertido en un ventilador. En fin, que nada sea como debe ser. Que la medicina, a falta de las mismas, haya vuelto a ser la misma de nuestros tatarabuelos. Que el sistema de abastecimiento de los medicamentos sea tan abstracto como la ausencia de las mismas medicinas. Que el chícharo haya sustituido al café, al extremo que la gente ya prefiera un chícharo en lugar de un buen café.

Por solo citar alguno podemos empezar por uno cualquiera: En un sistema como el nuestro, la propiedad colectiva no pertenece a nadie en particular. El igualitarismo (absurdo y ridículo) en que nos han obligado a convivir, pretende que todos seamos iguales y por tanto no existe el respeto mutuo. La destrucción de los sistemas contables y económicos de la nación, buscando parecernos más a los “amigos” soviéticos en lugar de a nosotros mismos devino en colofón de lo que hoy somos. Una sociedad desnaturalizada.

El fidelismo es un sistema totalmente injusto. Aquellos que lo quieren seguir viendo como un paradigma, felicidades, continúen por ese camino que van a llegar muy lejos...No obstante, les recomiendo que se afiancen a las ideas y no a los hombres que se encaprichan por llevar las ideas (por muy buenas que estas sean) a la práctica y no dudan en sacrificar a sus pueblos en ara de su egolatría.

Un sistema justo y eficiente es contrario al fidelismo.

Capitalismo: Régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza.

Fidelismo: Régimen político fundado en el predominio del totalitarismo de la miseria como elemento catalizador y aniquilador de riqueza.

Sigan creyendo que el totalitarismo es bueno y cada vez más, tendrán menos comida.

La muerte de Fidel Castro solo será el principio del fin, pues un sistema construido, impulsado, vivido y crecido basado en la maldad de un hombre (excluyo ex profeso a sus más cercanos colaboradores) es incapaz de subsistir al empuje de la historia.

La tierra fue plana, porque así lo estipulaba una de las dictaduras totalitarias más extensas de la historia (aunque se movía) hasta que los hombres demostraron lo contrario. Y que conste que la Fe no tiene nada que ver con la actitud de los hombres que la profesan, al igual que las doctrinas de Marx y Engels no tienen nada que ver con las dictaduras totalitarias implantadas en su nombre.

Al cubano, durante más de 45 años le ha sido negado el acceso, no al consumismo, sino al consumo de las más elementales necesidades de primer orden, las que le llegan a cuenta gotas cuando el régimen lo considera oportuno.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Guerra Innecesaria, Mesopotamia Angolana, Ruacana Opinión de un compañero

             La Guerra Innecesaria, Mesopotamia Angolana, Ruacana                                       Opinión de un compañero Quién fuera ...