sábado, 11 de agosto de 2018

Tuve muchas razones para irme de Cuba

Por Mario Riva MoralesP

En respuesta al trabajo de Ana León:
https://www.cubanet.org/destacados/tengo-razones-para-quedarme-en-cuba/

Tuve muchas razones para irme de Cuba

Al contrario de lo que le ocurre a Ana, yo no necesito que alguien o algunos, se solidaricen conmigo. De lo que sí estoy seguro es, de que (sin proponérmelo), son muchos los que han leído mi libro "La Guerra Innecesaria" y otros muchos los que pretenden hacerlo.
Mucho que me han sorprendido las opiniones de amigos, que el tiempo y los vericuetos de la vida, habían alejado. Ahora que encuentran el libro, incluso se ponen en contacto conmigo, mediante internet, y hasta me envían el libro pidiendo dedicatorias. Todos, sin excepción, son mis amigos. Y hasta que me demuestren lo contrario, lo seguirán siendo.
La mayoría de ellos se encuentran fuera de Cuba. Otros, entre un más allá y un más acá. Y la minoría en la Isla (archipiélago).


Los hay, que me han recomendado tener mucho cuidado! Pero si las condiciones fuesen otras, tal vez. Cuando un régimen agoniza, no tiene tiempo para dedicarlo a gente insignificante (como yo) aunque les duela lo que escribo. Otros han llegado a preguntarme el por qué me fui de Cuba. Otros me dicen, que por nada del mundo regrese a la nación en descomposición.

Mucho antes de salir de Cuba, dedicaba muchas horas a leer y a escribir. Incluso llegué a inscribirme en un curso, no sé si de periodismo. No pude acabarlo. Lo que sí pude fue, no dejar de escribir. Al menos el libro, que por supuesto sabía que nunca sería publicado en territorio de la dictadura totalitaria de los hermanos Castro Ruz.

El intentar echar raíces en otro país me obligó a dedicar mucho tiempo en otras actividades y aunque no dejase de leer me era imposible concentrarme en ningún tipo de escritura.
Me llamaba mucho la atención que, fuera de Cuba, los aspectos de la sociedad cubana no fueran apreciados en su justa magnitud. Tal vez debido a que la idea que yo tenía, del país en que me había radicado, sería demasiado épica.
Lo cierto es que cada país es un mundo. Este mundo donde resido tiene más emigrantes que el nuestro. La diferencia estriba en que sus propiedades son respetadas y no tienen que estar renovando pasaportes cada dos anos para entrar y salir del país.

Me asombra leer, del deterioro “irreversible” del barrio de “Jesús María”. Sobre todo, en el ano 2018, cuando en el 2003 ya se encontraba en un estado tan lamentable como toda Centro-Habana y parte de La Habana Vieja.
No, yo no me crié allí: SOLA-VAYA! Pero tenía amigos y amigas, que no por ser un barrio conflictivo para nada lo fuesen. Vamos, que en todas partes hay gente decente (a la cubana). 
Es muy cierto lo que dice la autora del relato: La vileza, la apatía y el resentimiento no solo campean por “Jesús María”. Es en toda Cuba.

Tal vez la juventud de Ana no le haya permitido viajar por la isla. Ahora bien, yo si había vivido en carne propia la depauperación de una nación y a mi edad ya no estaba en condiciones de continuar viviendo en la más absoluta miseria.
No, no es que deseara yates, ni casas grandes y lujosas, mucho menos autos de alta gama. No. yo tan solo deseaba tener que llevarme a la boca en desayuno, almuerzo y comida y un techo sobre mi cabeza, que gracias a mis padres nunca me faltó. Lo del techo, quiero decir.


Al contrario de Ana creo, que a estas alturas no es que peligre el futuro de Cuba. Es que Cuba no tiene futuro. Tampoco soy de la opinión que las revolución se nos haya ido de la mano. En todo caso se le fue de la mano a Fidel Castro. Imposible que el pueblo pudiera defender algo que nos fue impuesto (a sangre y fuego) por una dictadura mal llamada del proletariado. Contra eso no hay defensa posible desde la razón y la humanidad.
Es que hoy no tenemos, tan siquiera, un sistema político. Es imposible pretender dirigirse hacia la democracia a golpe de totalitarismo. Si no me creen, estudien el nuevo proyecto de constitución y fíjense en que por sobre la misma se encuentra el Partido (único e irreversible) Comunista. 

En un sistema democrático no puede existir nada sobre la Carta Magna. A partir de ahí, poco importa si la población está envejecida. Envejecida por el propio régimen totalitario, capaz de permitir el éxodo de sus mejores hijos en cifra de 250 mil, de acuerdo al tratado de las 20 mil visas anuales.

La educación, al igual que todo lo demás ha sido el cuento de la “buena pipa”. Una institución como la escuela normal de maestros tirada a mondongo, por la improvisación de maestros sin preparación alguna, dan como resultado alumnos cada vez menos preparados. Y si fuera solamente alumnos del sistema básico de ensenanza, pero no. Lo mismo sucede en medicina, arquitectura, ingeniería etc.

Ana, te puedo asegurar que hace ya mucho tiempo que vi, con mucha vergüenza ajena, perder la decencia por mucho menos que un cartón de huevos. Te pregunto: Que es lo que queda bueno en Cuba? La virtud también se fue de Cuba. No pierdas tiempo excavando para encontrarla.
La multiplicación exponencial de la ruina, la hostilidad, el maltrato, la vulgaridad, la holgazanería y sobretodo la ignorancia hacen de Cuba un lugar propicio para fecundar socialismos. Nadie con semejantes títulos nobiliarios se puede enfrentar a la satrapía que les oprime.
Corto y pego: “Casi todos mis amigos y colegas lo han hecho, con gran pena para esta Isla que no puede prescindir de tanta excelencia en el ámbito profesional. Con la partida de cada uno de ellos, Cuba ha dado diez pasos atrás en el camino hacia un futuro mejor.
Pero Ana, es que esto viene sucediendo desde 1959. Esto no es de ahora. Hasta cuando?


El ejemplo del diputado y su léxigo barrio-bajero, me recuerda a aquel delegado del Partido en Camagüey (1970) que decía en un discurso atropellado: “Porque no nos podemos comer toda la comida, tenemos que guardar algo para las generaciones futuras”. Que ha cambiado en casi 50 anos? Nada.

En relación a la futura construcción de una democracia (la oportunidad la tendrán) no les quedará otra que utilizar el capital humano del exterior, que esté dispuesto. La mediocridad que queda en la isla no rebasaría las expectativas de Haití. Esa es una realidad que no me quiero imaginar.

No tuve, ni tengo ninguna razón para regresar (de visita) o quedarme en Cuba. Nada allí me pertenece, ni tan siquiera mis suenos. Es verdad que el cubano que emigra no marca ninguna diferencia. El que se queda, tampoco. Que te parece? Acaso se puede hacer algo? Escribiendo? Se puede escribir mucho y bien, pero si no llega al público, es como arar en el mar.

Y dalo por sentado, nunca volverás a ser docente mientras dure el sistema totalitario. Ya sea porque no te dejen, sea porque te de asco tener que ensenar lo que te ordenan.
Quién eres tu para aceptar o no que el Departamento de Seguridad del Estado (DSE) te acuse de contra-revolucionaria? Te disminuye y bien. Eres una gusana despreciable en tu propio país. Aceptar ese vejamen no es una opción, es un hecho irrebatible.
Desgraciadamente (para ti) ya eres parte de aquello, pero tan parte que te es imposible desprenderte. 
Tienes derecho y no dudes que te darán, en algún momento, la posibilidad de expresarte en cualquier plataforma que elijas, pero pagarás el precio.

Vamos a ver Ana, todos sabemos que en Cuba, el que no tiene de Congo, tiene de Carabalí. Y tu abuela donde está? Con esto, que aparentemente no tiene que ver con la delincuencia, te quiero decir que hoy en día el cubano que no hurta, roba y el que no roba defalca. De manera que no la tienen muy difícil para inventarte alguna tropelía. A que escrúpulos te refieres? Eres de las que todavía creen en los reyes magos? La dictadura perdió los escrúpulos hace mucho tiempo.

Te deseo lo mejor en ese, tu entierro voluntario.


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