En respuesta al trabajo de Ana León:
https://www.cubanet.org/destacados/tengo-razones-para-quedarme-en-cuba/
Tuve muchas razones para irme de Cuba
Al
contrario de lo que le ocurre a Ana, yo no necesito que alguien o
algunos, se solidaricen conmigo. De lo que sí estoy seguro es, de
que (sin proponérmelo), son muchos los que han leído mi libro "La Guerra Innecesaria" y
otros muchos los que pretenden hacerlo.
Mucho
que me han sorprendido las opiniones de amigos, que el tiempo y los
vericuetos de la vida, habían alejado. Ahora que encuentran el
libro, incluso se ponen en contacto conmigo, mediante internet, y
hasta me envían el libro pidiendo dedicatorias. Todos, sin
excepción, son mis amigos. Y hasta que me demuestren lo contrario,
lo seguirán siendo.
La
mayoría de ellos se encuentran fuera de Cuba. Otros, entre un más
allá y un más acá. Y la minoría en la Isla (archipiélago).
Los
hay, que me han recomendado tener mucho cuidado! Pero si las
condiciones fuesen otras, tal vez. Cuando un régimen agoniza, no
tiene tiempo para dedicarlo a gente insignificante (como yo) aunque
les duela lo que escribo. Otros han llegado a preguntarme el por qué
me fui de Cuba. Otros me dicen, que por nada del mundo regrese a la
nación en descomposición.
Mucho
antes de salir de Cuba, dedicaba muchas horas a leer y a escribir.
Incluso llegué a inscribirme en un curso, no sé si de periodismo.
No pude acabarlo. Lo que sí pude fue, no dejar de escribir. Al menos el
libro, que por supuesto sabía que nunca sería publicado en
territorio de la dictadura totalitaria de los hermanos Castro Ruz.
El
intentar echar raíces en otro país me obligó a dedicar mucho
tiempo en otras actividades y aunque no dejase de leer me era
imposible concentrarme en ningún tipo de escritura.
Me
llamaba mucho la atención que, fuera de Cuba, los aspectos de la
sociedad cubana no fueran apreciados en su justa magnitud. Tal vez
debido a que la idea que yo tenía, del país en que me había
radicado, sería demasiado épica.
Lo
cierto es que cada país es un mundo. Este mundo donde resido tiene
más emigrantes que el nuestro. La diferencia estriba en que sus
propiedades son respetadas y no tienen que estar renovando pasaportes
cada dos anos para entrar y salir del país.
Me
asombra leer, del deterioro “irreversible” del barrio de “Jesús
María”. Sobre todo, en el ano 2018, cuando en el 2003 ya se
encontraba en un estado tan lamentable como toda Centro-Habana y
parte de La Habana Vieja.
No,
yo no me crié allí: SOLA-VAYA! Pero tenía amigos y amigas, que no
por ser un barrio conflictivo para nada lo fuesen. Vamos, que en
todas partes hay gente decente (a la cubana).
Es muy cierto lo que
dice la autora del relato: La vileza, la apatía y el resentimiento
no solo campean por “Jesús María”. Es en toda Cuba.
Tal
vez la juventud de Ana no le haya permitido viajar por la isla. Ahora
bien, yo si había vivido en carne propia la depauperación de una
nación y a mi edad ya no estaba en condiciones de continuar viviendo
en la más absoluta miseria.
No,
no es que deseara yates, ni casas grandes y lujosas, mucho menos
autos de alta gama. No. yo tan solo deseaba tener que llevarme a la
boca en desayuno, almuerzo y comida y un techo sobre mi cabeza, que
gracias a mis padres nunca me faltó. Lo del techo, quiero decir.
Al
contrario de Ana creo, que a estas alturas no es que peligre el
futuro de Cuba. Es que Cuba no tiene futuro. Tampoco soy de la
opinión que las revolución se nos haya ido de la mano. En todo caso
se le fue de la mano a Fidel Castro. Imposible que el pueblo pudiera
defender algo que nos fue impuesto (a sangre y fuego) por una
dictadura mal llamada del proletariado. Contra eso no hay defensa
posible desde la razón y la humanidad.
Es
que hoy no tenemos, tan siquiera, un sistema político. Es imposible
pretender dirigirse hacia la democracia a golpe de totalitarismo. Si
no me creen, estudien el nuevo proyecto de constitución y fíjense
en que por sobre la misma se encuentra el Partido (único e
irreversible) Comunista.
En un sistema democrático no puede existir
nada sobre la Carta Magna. A partir de ahí, poco importa si la
población está envejecida. Envejecida por el propio régimen
totalitario, capaz de permitir el éxodo de sus mejores hijos en
cifra de 250 mil, de acuerdo al tratado de las 20 mil visas anuales.
La
educación, al igual que todo lo demás ha sido el cuento de la
“buena pipa”. Una institución como la escuela normal de maestros
tirada a mondongo, por la improvisación de maestros sin preparación
alguna, dan como resultado alumnos cada vez menos preparados. Y si
fuera solamente alumnos del sistema básico de ensenanza, pero no. Lo
mismo sucede en medicina, arquitectura, ingeniería etc.
Ana,
te puedo asegurar que hace ya mucho tiempo que vi, con mucha
vergüenza ajena, perder la decencia por mucho menos que un cartón
de huevos. Te pregunto: Que es lo que queda bueno en Cuba? La virtud
también se fue de Cuba. No pierdas tiempo excavando para
encontrarla.
La
multiplicación exponencial de la ruina, la hostilidad, el maltrato,
la vulgaridad, la holgazanería y sobretodo la ignorancia hacen de
Cuba un lugar propicio para fecundar socialismos. Nadie con
semejantes títulos nobiliarios se puede enfrentar a la satrapía que
les oprime.
Corto
y pego: “Casi todos mis amigos y colegas lo
han hecho, con gran pena para esta Isla que no puede prescindir de
tanta excelencia en el ámbito profesional. Con la partida de cada
uno de ellos, Cuba ha dado diez pasos atrás en el camino hacia un
futuro mejor.
Pero
Ana, es que esto viene sucediendo desde 1959. Esto no es de ahora.
Hasta cuando?
El
ejemplo del diputado y su léxigo barrio-bajero, me recuerda a aquel
delegado del Partido en Camagüey (1970) que decía en un discurso
atropellado: “Porque no nos podemos comer toda la comida, tenemos
que guardar algo para las generaciones futuras”. Que ha cambiado en
casi 50 anos? Nada.
En
relación a la futura construcción de una democracia (la oportunidad
la tendrán) no les quedará otra que utilizar el capital humano del
exterior, que esté dispuesto. La mediocridad que queda en la isla no
rebasaría las expectativas de Haití. Esa es una realidad que no me
quiero imaginar.
No
tuve, ni tengo ninguna razón para regresar (de visita) o quedarme en
Cuba. Nada allí me pertenece, ni tan siquiera mis suenos. Es verdad
que el cubano que emigra no marca ninguna diferencia. El que se
queda, tampoco. Que te parece? Acaso se puede hacer algo?
Escribiendo? Se puede escribir mucho y bien, pero si no llega al
público, es como arar en el mar.
Y
dalo por sentado, nunca volverás a ser docente mientras dure el
sistema totalitario. Ya sea porque no te dejen, sea porque te de asco
tener que ensenar lo que te ordenan.
Quién
eres tu para aceptar o no que el Departamento de Seguridad del Estado
(DSE) te acuse de contra-revolucionaria? Te disminuye y bien. Eres
una gusana despreciable en tu propio país. Aceptar ese vejamen no es
una opción, es un hecho irrebatible.
Desgraciadamente
(para ti) ya eres parte de aquello, pero tan parte que te es imposible
desprenderte.
Tienes derecho y no dudes que te darán, en algún
momento, la posibilidad de expresarte en cualquier plataforma que
elijas, pero pagarás el precio.
Vamos
a ver Ana, todos sabemos que en Cuba, el que no tiene de Congo, tiene
de Carabalí. Y tu abuela donde está? Con esto, que aparentemente no
tiene que ver con la delincuencia, te quiero decir que hoy en día el
cubano que no hurta, roba y el que no roba defalca. De manera que no
la tienen muy difícil para inventarte alguna tropelía. A que
escrúpulos te refieres? Eres de las que todavía creen en los reyes
magos? La dictadura perdió los escrúpulos hace mucho tiempo.
Te
deseo
lo mejor en ese, tu entierro voluntario.