lunes, 25 de diciembre de 2017

¿Eran viables o sustentables las relaciones con la dictadura castrista?


¿Eran viables o sustentables las relaciones con la dictadura castrista?


Todavía existen personas que se resisten a creer que las más de cinco décadas transcurridas (a partir del ano 1959) han sido suficientes para demostrar lo inviable de un régimen totalitario.
Lo que era imposible de creer, en el mes de diciembre del ano 2014, que ambos regímenes anunciaran (a la vez) el restablecimiento de relaciones diplomáticas. La opinión pública quedó atónita. Los menos crédulos consideraron (a falta de un embajador) que dicha medida no tendría un largo recorrido.
Era la primera vez que un presidente norteamericano reconocía que el embargo económico contra el régimen totalitario no había dado los resultados esperados. Sin embargo, al ex Comandante en Jefe (todavía vivo) Obama y su hermano no le pasaron gato por liebre.
En poco más de dos anos se firmaron 22 acuerdos que, en su mayoría beneficiaban a la dictadura y muy poco al pueblo cubano.
En realidad, Obama no podía hacer más. Caso contrario lo hubiese hecho. Imposible para Obama era desmantelar el embargo, en un país que se rige por leyes y no por decretos al margen del parlamento y de la constitución, como es el caso de la dictadura imperante en Cuba.
En un país en el cual los medios de comunicación son públicos, es imposible que el gobierno pueda eliminar medios escritos, radiales o televisivos. Seguramente la dictadura pretendería eliminar INTERNET. La Base Naval de Guantánamo jamás tuvo algo que ver en dichas conversaciones. Permaneció al margen.
Lo único que quedó demostrado fue que, la administración norteamericana tenía buena voluntad y dio pasos importantes relativos al acercamiento de ambos países. La dictadura castrista nada.
De manera que el nuevo presidente de los Estados Unidos, pensó que ya era hora de que la dictadura tomase medidas que aliviaran (no que acabara) la represión y de verdad el régimen totalitario permitiese que las personas (individuales o jurídicas al margen de la dictadura) pudiesen comerciar “libremente”, tal cual China o Viet Nam.
A decir verdad, a Trump poco le importan los cubanos residentes en el estado de la Florida. Los utiliza, pero los desprecia. A Trump no le gustan los “loosers”. De manera que decidió que de no ser posible el comercio con personas ajenas a la dictadura, estas medidas se verían muy limitadas. Lo de entorpecer los viajes de los norteamericanos a Cuba es un invento de la dictadura. La realidad es que, si no existen las posibilidades de comercio libre, los viajes no tienen razón de ser. El embargo prohibe los viajes turísticos.
El llamado (por una “diplomática”) retroceso no ha sido mayor precisamente por ser un gobierno democrático. El verdadero retroceso ha sido el de la dictadura, con más violaciones de los derechos humanos y más represión a cualquiera que se atreva a protestar.
Dejémonos de tonterías. La administración norteamericana decidió que ya era hora de cambiar las relaciones con una dictadura agonizante (en su líder). Y cumpliendo con la “voluntad” de éste, intentó cambiar las cosas antes de que Fidel Castro falleciese. La Bestia de Birán estuvo en contra. No le importó no ser ni dictador ni secretario general de su “partido”. Metió la cuchareta y dio un rapapolvo al majadero de su hermano. Queda pendiente los sucesos “acústicos”.
A los que se llenan la boca para decir “resistencia del pueblo cubano”, les digo que ya cansa. En todo caso es la obstinación de un régimen para continuar el mal.
A quién pretenden engañar con eso de la solidaridad de miles de norteamericanos? Esos miles que van de vacaciones con los gastos pagados. Esos a los que no les importa violar sus propias leyes y que son multados y hasta encarcelados por tal de pasar unas vacaciones como jamás hubiesen pensado. 

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