Tal vez esta historia comience en los años 70. Tal vez antes. Tal vez...
La consigna del Che Guevara "Crear dos, tres, muchos Viet Nam", mensaje enviado a la Conferencia Tricontinental en 1967, constituía un "grito de guerra" para el régimen de Fidel Castro.
Los Beatles continuaban prohibidos en Cuba.
El Movimiento de las Fuerzas Armadas portuguesas (25 de abril) era entregado a los Generales y luego a las organizaciones de izquierda dirigidas por Mario Soares y Alvaro Cunhal, sirviendo en "bandeja de plata" la intervención del régimen de Fidel Castro en el conflicto angolano.
El 10 de noviembre del año 1975, el dominio portugués abandonaba el territorio angolano. Tres meses antes, el 21 de agosto del propio año, habían comenzado a llegar las tropas cubanas, al mando del Comandante "Domingos da Silva" (alias del 1er Comandante Raúl Díaz Arguelles, ascendido post mortem al grado de General de Brigada), con el pretexto de crear centros de preparación militar a los partidarios del MPLA dirigido por Agostino Neto.
Rojas y Savimbi |
Desde el 10 de noviembre un movimiento de "dudosa" filiación soviética (MPLA), apoyado por los partidos socialista y comunista de Portugal y el régimen de Fidel Castro, se establece en Luanda. Su oponente político sería otro movimiento (UNITA), con el apoyo de la República Popular China, el gobierno racista de África del Sur y algún que otro gobierno del África Sub Sahariana.
Los Estados Unidos no dieron mucha asistencia al gobierno del apartheid. Sin embargo, la Unión Soviética no solo prestó ayuda material en abundancia al MPLA, sino también al régimen de Fidel Castro.
Ni la UNITA contó con armamento parecido a las FAPLA, ni las SADF poseyeron armamento aéreo que pudiera enfrentarse a la moderna técnica en manos de pilotos cubanos.
Rojas y la familia |
Doce años más tarde, el conflicto entre ambos movimientos parecía entrar en su etapa definitiva. Un ejército de armamento demasiado moderno para ser asimilado (en tan poco tiempo) por unas tribus analfabetas, sin el menor sentido de nación, asesorado por militares soviéticos, comenzó (en el mes de julio de 1987) una operación titulada "Saludando Octubre", cuyas pretensiones serían las de desalojar a la UNITA del sur de Angola y lanzarlos a la frontera con Zambia. Es en ese contexto que se desarrolla el artículo publicado por los periodistas Aida Álvarez, José Gabriel Martínez y Rodolfo Romero.
Compañeros de armas
Manuel Rojas
Lo conocí en la pista de aviación de Siguanea, Isla de Pinos, a principios de los años 70, siendo yo copiloto de helicópteros. Se encontraba suspendido de vuelos desde el año 1967, debido (según radio bemba) a vínculos con un caso "extraño" titulado micro-fracción. Aquel día, en la pista de Siguanea se encontraba prestando servicios como oficial de retaguardia (logística) del Regimiento Aéreo de San Antonio de los Baños.
Rojas con uno de los combatientes de la UNITA que le disparaba mientras descendía en paracaídas |
Rojas había salido de Cuba a estudiar para piloto de la aviación de combate, en el primer grupo enviado para la República Popular China. En esa época, los "viejos pericos" del Partido Socialista mantenían un poder paralelo, consentido por Fidel Castro, que aprovechando las circunstancias enviaron a estudiar, a su cantera joven, o por lo menos a aquellos jóvenes que pertenecieran a su área de influencia. Es por eso que no resulta extraña la vinculación de Rojas con la micro-fracción.
Es, o era, un mulato alto bien parecido, de palabra fácil, apoyado en una fértil inteligencia sustentada por estudios de derecho y ciencias sociales. En los años en que fuera suspendido como piloto no perdió el tiempo. Supo compartirlo con sus conquistas amorosas.
No es, de ninguna manera, lo que se llama un parlanchín, ni habla rápido. Todo lo contrario. Medita sus palabras y se expresa coherentemente. Nada de locuras y mucho menos de nervios.
Rojas con Zau Puna, quién fuese Secretario General de la UNITA. Hoy Diputado a la Asamblea Nacional del MPLA
Pertenecíamos a la misma Unidad Militar y en mi condición de piloto de helicópteros asistía a las líneas de vuelo de la aviación de combate, como parte del equipo de Búsqueda, Salvamento y Rescate (BSR). De esa forma alternábamos y confraternizábamos, entre vuelo y vuelo, con todos los pilotos.
Cuando yo cumplía una segunda "misión internacionalista", Rojas aun no había cumplido la primera.
Superando la compartimentación logré llegar hasta los pilotos que aguardaban la escala técnica en el aeródromo de Luanda, antes de continuar para Etiopía. Allí, además de mis colegas de helicópteros, vi otra vez a Rojas.
La próxima vez que coincidiríamos sería en la Academia de las Fuerzas Aéreas de la Unión Soviética, Yuri Gagarin.
Nunca llegué a saber como, pero Rojas, que supuestamente había permanecido en Etiopía durante 6 meses, ahora se encontraba un curso al frente del mío. Lo que quería decir que había regresado de Etiopía para salir directamente a la URSS en el mismo año de 1978. Yo lo hice en el 79.
En cada grupo de pilotos (se componían de cuatro estudiantes) se incluía a un piloto de helicópteros. ¡Que casualidad! En el grupo de Rojas se encontraba (como jefe de grupo) Raudel Sánchez (que había sido uno de los instructores de vuelo de mi curso), pero que no había cumplido "misión internacionalista" jamás.
http://manchiviri.blogspot.pt/2007/02/los-tambores-cubanos-en-moscu-nuestra.html
Rojas mide más de seis pies de estatura y su complexión física era muy parecida a la de Muhamad Alí. No obstante, eso no fue impedimenta para que, midiendo yo 5 pies 7 pulgadas, le asestase un tortazo en pleno rostro, el día que se le ocurrió pasarse al lado de una comisión soviética que me acusaba (a instancias de otro cubano) de haberme robado una libreta secreta de Arte Operativo.
También me acusaban de tener contactos, nada menos que con el Sindicato Solidaridad dirigido por Lech Walesa, en aquel tiempo, mediante un oficial polaco que había asistido a la misma academia y que llevaba más de un año de graduado.
Ese día le llamé de todo. Tuvo que pedirme disculpas y a partir de ese momento fuimos más “amigos”. Cosas del servicio. No fue solamente Rojas, el único.
Las acusaciones, por cierto, no pasaron de ser una farsa, pero así son las cosas del régimen. A cualquiera le montan un Belén y no son pocos los que tienen la suerte de salir por la puerta ancha, aunque queden marcados.
Quesada
Era un piloto joven. Tal vez conociera mejor al padre que al hijo. Si alguna vez profirió la frase que refieren los articulistas: "ser piloto es algo difícil, pero heroico", es muy probable que ya esté chocheando.
Un piloto no considera su profesión como una heroicidad.
Un piloto de aviación de caza, se considera, a sí mismo, como una persona que, por características especiales, es capaz de conducir ese tipo de máquinas y punto.
Ningún piloto piensa en caer prisionero, aunque se prepare para el caso. Es lo mismo que, ningún piloto piensa en tener que enfrentarse a una situación de emergencia, aunque se prepare para el caso.
Las personas que no consiguen imponerse al miedo, son incapaces de reaccionar positivamente ante el peligro.
Esas personas, no deben ser pilotos de aviación. Deben dedicarse a otra profesión.
Saludando Octubre
"Parecía que iba a ser distinto", recuerda Rojas. En años anteriores, dos veces las FAPLA, asesoradas por soviéticos, habían fracasado en su intento de aniquilar a la UNITA.
La pregunta se impone:
¿Por qué, si los cubanos no estábamos participando en aquella ofensiva, ahora Rojas refiere que, como pilotos, tanto él como Quesada cumplían de tres a cuatro tareas de combate diarias contra la UNITA?
Otra pregunta:
¿Por qué, si Fidel Castro proclamaba (a voz en cuello) que las tropas cubanas no intervenían en el conflicto interno angolano, Rojas y Quesada combatían a la UNITA?
Recordemos que Rojas y Quesada no mencionan en ningún momento al enemigo surafricano. Durante toda la entrevista, los articulistas han omitido (no sé si exprofeso) el cargo que ocupaba el Teniente Coronel Rojas en el momento de ser derribado.
Manuel Rojas García, en el momento de caer prisionero de la UNITA, era el Jefe de la Sección de Aviación de la Defensa Anti Aérea de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (SA DAAFAR en la Misión Militar de Cuba en Angola (MMCA). O lo que es igual:
Rojas era un especialista del Jefe de la DAAFAR en la MMCA.
En Cuba, esto se sabía. Y se nos había informado que Rojas y Quesada no estaban combatiendo, sino realizando una tarea de reconocimiento aéreo.
No dudo que el resto del relato sea cierto. Los surafricanos no aparecen por ninguna parte. Y si conozco a Rojas, puedo asegurar que no se ha caracterizado nunca por ser mentiroso.
Los helicópteros buscaban a los pilotos Teniente Coronel Manuel Rojas y el Teniente Quesada, derribados por un misil Stinger, de fabricación norteamericana, en manos de la UNITA: Rojas (Jefe de la Sección de Aviación de la DAAFAR en la Misión Militar de Cuba en Angola «equivalente a Jefe de la Fuerza Aérea») y Quesada, en un Mig-21 biplaza, habían sido derribados mientras se encontraban realizando un “vuelo de exploración”.
Rojas y Quesada prisioneros de Savimbi |
Llegaron 15 minutos después de ocurrido el derribo.
Ambos pilotos (Rojas y Quesada) sabían perfectamente, que no tenían posibilidades de ser rescatados y es probable que por esta razón no utilizaran la radio-estación de auxilio “KOMAR”, la cuál podía haber ayudado, a la pareja de helicópteros, en la localización de los pilotos.
La referida radio-estación, tiene la particularidad de quedar funcionando automáticamente luego de producirse el catapultaje (eyección). La KOMAR quedó marcando la ubicación del paracaídas. Esto trajo por consecuencia que las tropas de la UNITA se “banquetearan” (se las vieran fácil) con los helicópteros, que en el afán de rescatar a sus compañeros se aproximaban una y otra vez al lugar desde donde procedían las señales.
Aquel equipo de radio localización continuaba emitiendo una señal sonora consistente en un “bip, bip” de incalculables inconvenientes en territorio enemigo. Su volumen no es ajustable. La recepción se torna desesperante, debido al ruido estático, parásito, sin posibilidades de contenerlo.
Definitivamente no fue diseñada para tiempos de guerra.
Ambos helicópteros regresaron a Menongue con más de 36 perforaciones en sus fuselajes.
Varios miembros de las dotaciones de BSR resultaron heridos, por suerte ninguno era piloto.
Rojas y su compañero de infortunio, permanecieron prisioneros de la UNITA durante algún tiempo.
Rojas y Quesada liberados |