El decrépito en jefe, después de solidarizarse con lo mal hecho, ahora se cataloga de víctima de los medios de difusión. Parece que ya está convencido que la historia no lo va a absolver y se califica (comparándose con los boxeadores cubanos) como condenado, echándole la culpa a los árbitros y jueces…, …Y sin prueba alguna los acusa de dejarse sobornar.
Fidel Castro, cuando no tiene la razón, la inventa.
Del hambre, la sub-alimentación, la carencia de medicinas, instalaciones y equipos deportivos de que carece el pueblo de Cuba, no dice nada. Es mejor verborrear sobre las condiciones del 80 por ciento del resto del mundo. Era de esperar. Ya hace muchos años que al tirano no le preocupa lo que pasa y lo que pase.
No puedo aplaudir, como él hace, al gobierno que organizó los últimos Juegos Olímpicos.
No se puede desconocer las cualidades de los atletas chinos.
Pude apreciar el chovinismo chino en las alegrías y las emociones que transmitieron a millones de chinos los atletas (ibídem) galardonados.
Alberto Juantorena |
Cuánto les paga el desgobierno para que se mantengan leales?
Es uno de los pocos países en que el deporte dejó de constituir un derecho del pueblo para convertirse en un conjunto de excepciones.
Es el único país en el cuál los atletas de alto rendimiento no tienen varios patrocinadores, porque el gobierno se arroga ese derecho y sirve de intermediario entre las grandes firmas deportivas y sus atletas.
Es el único régimen que le achaca su fracaso político, al “robo de cerebros”.
Fidel Castro no puede tapar el sol con un dedo. Todavía en 1992, cuando comenzaba el mal llamado "período especial", los remanentes del salvavidas soviético produjeron un 5to lugar en las olimpíadas de Barcelona.
Todavía hoy, con toda la desnutrición que padece el pueblo cubano, los atletas son capaces de lograr 24 medallas.
Espero que dentro de 4 años, la Bestia de Birán haya dejado de existir y en mi país se estén dando los primeros pasos para un porvenir.
José Rubiera |
Gracias a Dios, las aguas siempre toman su nivel, tarde o temprano.
Ojalá Fidel Castro solo fuera una pesadilla de noche tormentosa. Ojalá que nunca más escuchemos sus
caóticas profecías.