El decrépito en Jefe, después de pasarle la mano al flamante presidente de los Estados Unidos, después de haber dejado de publicar sus defecciones durante casi dos meses, después de decir que iba a dejar de escribir, para no entorpecer el desgobierno de su hermano, ha sentido la necesidad (tal vez sean las torpezas del hermano) compulsiva de denigrar a Obama. Algo así como decimos en cubano, “poner el parche, antes que salga el grano”. En este caso el parche vienen a ser los comentarios del decrépito y el grano sería, en todo caso, cualquier intento de mejoramiento de las relaciones entre el gobierno de los Estados Unidos y la dictadura totalitaria.
En su megalomanía, Fidel Castro olvida que él, es aun Secretario General de su “Partido” y que su deber sería dedicarse por completo a reflexionar sobre como orientar y dirigir la economía del pueblo de Cuba para superar las condiciones miserables en que lo mantiene sumido, en lugar de mostrar ese afán desmedido por mantener un protagonismo (ridículo y catastrofista) en la arena internacional.
A Fidel Castro se le podrían hacer innumerables preguntas, a las cuales no respondería:
¿Renunciará al cargo de Secretario General de su “Partido”?
¿Cuándo es que Fidel Castro ha tenido en consideración las opiniones de sus más cercanos colaboradores? Sobre todo cuando éstas opiniones no han sido de su agrado.
Culpo a Fidel Castro de todos los descalabros económicos sufridos por el pueblo cubano a partir del 1º de enero de 1959 hasta la fecha:
Zafra de los 10 Millones (finales de la década de los sesenta)
Cordón de La Habana (década del setenta)
Vacas de más de 100 litros de leche (década de los ochenta)
Plátanos Microjet (década de los noventa)
Solo he citado uno por década y, porque son los más sonados. Hay muchos más.
Fidel Castro sabe perfectamente que durante cinco décadas ha involucrado a nuestro país en diversos actos de terrorismo, como lo es el entrenamiento, en territorio nacional, de aquellos que luego van a cometer fechorías en nombre de la “defensa de la patria” o “la liberación de las masas oprimidas”.
Sabe perfectamente que introdujo en el continente africano el virus de los “dos, tres, muchos Viet Nam”, para que hoy en día los gobiernos de esos países, aparentemente libres del colonialismo opresor, se encuentren en la peor de las miserias, dirigidos (supuestamente) por corruptos jefes tribales, utilizando métodos totalitaristas a imagen y semejanza del sistema impuesto al pueblo de Cuba.
¿Qué pretende, Fidel Castro con unas reflexiones tan ofensivas contra el presidente Obama?
¿Acaso no está torpedeando, de antemano, un posible encuentro entre su hermano y el primer presidente negro de los Estados Unidos?
¿Fue justo aplicar, a nuestro pueblo, una ley de reforma agraria, donde el desgobierno se apropiara de más del 70% de las tierras productivas?
¿Fue justo que esas tierras fueran distribuidas por el método de koljoses y sovjoses soviéticos, convirtiendo a nuestros campesinos en obreros agrícolas y no en agricultores?
Antes de 1959 Cuba era un país exportador de alimentos. Hoy el desgobierno importa más del 90% de los alimentos que consume la población, mientras que la improductividad retoza a sus anchas por la campiña cubana.
Le digo una cosa, Sr. Fidel Castro:
Si el presidente Obama lograra autoabastecer al país vecino de energía (no tiene que ser necesariamente petróleo mediante), aquellos, cuyos ingresos fundamentales provienen de la exportación de petróleo, no volverán a especular jamás con el oro negro y se habrá superado la negra historia de los petrodólares y la contaminación extremista musulmánica que, a todas luces, conduce.
Tal vez Arabia y Omán se dediquen al turismo para mostrar al mundo occidental todas las fastuosidades a las que se dedicaban cuando eran los dueños “del bate y la pelota” y “supporters” (patrocinadores) del terrorismo anti-desarrollo.
Irán se retrasaría en la construcción del arma atómica. Hugo Chávez no volvería a amenazar a los Estados Unidos con cortarle el suministro de petróleo y se metería el ALBA por salva sea la parte. En fin que Chávez cumpliría los deseos del Rey de España. ¡Se callaría todas las zoquetadas!
Para que los países subdesarrollados logren el sueño de industrializarse, tienen que demostrar ser más capaces que los que ya lo están. China lo está logrando, a pesar de los tantos millones de habitantes. Brasil hace esfuerzos descomunales, mientras Venezuela se dedica a la politiquería totalitaria.
Este mundo, y así lo recoge la historia, siempre ha estado dividido en ricos, clase media y pobres. Eso no lo cambia el sistema totalitario. En todo caso lo empeora, al desaparecer la clase media y por consiguiente aumentar el número de pobres.
Lo único que promueve el desarrollo de la humanidad, hasta el momento, es el mercado. ¡Siempre lo ha hecho! ¿Cuál es la filosofía que nos propone Fidel Castro? ¿Racionamiento? ¿Dejar de tener aspiraciones y dedicarnos a recibir el “maná” que nos proporciona un desgobierno de funcionarios corruptos?
Fidel Castro nos prometió, a los cubanos, muchas cosas y, muchos creímos en él, y lo apoyamos, pensando que él sabría llevar a nuestro pueblo la prosperidad.
¡Muchos nos equivocamos!
Hoy Fidel Castro se dedica a pronosticar catastrofismos hacia los cuales, según él, se encamina el nuevo presidente de los Estados Unidos y vaticina un accidente nuclear en el territorio de la Unión, pero no dice nada de los planes que tenía de bombardear una Central Nuclear norteamericana (en la década de los 80) si no conseguía interferir las ondas televisivas de la llamada “TV Martí”.
Atención turistas:
No vayan a visitar las playas cubanas. Si fuésemos a creer en los augurios apocalípticos de Fidel Castro, aceptaríamos que “los mares del planeta están contaminados por la industria moderna de los Estados Unidos”. Las playas cubanas se encuentran tan solo a 90 millas del territorio yanqui.
Sr. Fidel Castro, a diferencia suya, el presidente de los Estados Unidos, habla de esperanza, habla de soluciones, mientras que usted, convencido de su fracaso, solo presagia Armagedón.
Si se le ha olvidado todo lo que prometió, mientras se imponía por la fuerza (desde hace más de 50 años el pueblo de Cuba no conoce elecciones libres), se lo voy a recordar, porque somos muchos los que aun estamos esperando bañarnos en leche.
En 1959 se escuchaba en las ondas de radio y televisión cubanas un lema que no debe de haber sido mucho de su agrado… Comprar lo que el país produce, es hacer Patria… ¿Le recuerda algo? “Compre productos estadounidenses”.
Como viejo conspirador comete el pecado megalomaníaco de querer mantener el protagonismo, que los años no le permiten. Sus ideas son de mal agüero y lo peor es que la única solución que a usted se le ocurre, es su fracasado totalitarismo, incapaz de dar solución a los problemas actuales. Ante esas circunstancias sería mejor morirse.
Todos los días se le podrían hacer infinidad de preguntas al señor Fidel Castro. Pero no vale la pena. El Secretario General en Jefe se encuentra muy por encima de cualquier explicación.