miércoles, 29 de agosto de 2012

El nivel de vida de la Humanidad





Los mismos vividores de siempre andan diciendo que la humanidad se encuentra viviendo a crédito.

La verdad es que no sé lo que quieren decir.

Un crédito, es un préstamo que se le pide a alguien. ¡Es de risa!

“La humanidad”, que es un concepto (vago) de los seres humanos, en su conjunto, le ha pedido un préstamo al planeta.

¡Qué ridículo!

 Peor aún. Estos vividores de siempre son capaces de afirmar que los seres humanos hemos agotado la totalidad de los recursos que el planeta es capaz de producir.

¡Es cosa de locos!

Para no ser sinceros, son incapaces de decir que se basan en los datos conocidos hasta el momento, sobre los recursos existentes en el planeta.

Peor aún. Se refieren al planeta como si éste fuese una fábrica de producir recursos.

Para intentar darle credibilidad a su argumento, citan a una organización no gubernamental. De esas ONG´s que pasan el tiempo inventando patrañas como «modus operandi» de vivir del cuento. Dice esa ONG (a la cual no voy a citar exprofeso) que el planeta alcanzó “el día del exceso”.

La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) (e idealmente también el volumen de aire), necesarios para generar los recursos necesarios y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida, de forma indefinida».[] La medida puede realizarse a muy diferentes escalas: individuo (la huella ecológica de una persona), poblaciones (la huella ecológica de una ciudad, de una región, de un país,...), comunidades (la huella ecológica de las sociedades agrícolas, de las sociedades industrializadas, etc.). El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, compararlo con la bio-capacidad del planeta.

Por favor, que alguien me diga como esta ONG ha conseguido el cálculo y como lo ha comparado con la desconocida bio-capacidad del planeta.

En todo caso (si diéramos veracidad a dicha ONG) tendríamos admitir que el estudio realizado abarca todas las huellas ecológicas y el impacto de todos los modos y formas de vida, para luego comparar la inmensidad de datos obtenidos con la bio-capacidad conocida (hasta el momento) del planeta. ¡Una total mamarrachada!

Para no ser absoluto en mi planteamiento, debo decir que no es totalmente falso que existan recursos que se agotan con mayor rapidez que otros. También es cierto que al ser humano cada vez se le hace más difícil encontrar algunos recursos. Como por ejemplo, los bosques.

Es una verdad innegable que el ser humano tiene una capacidad de consumo ilimitada.

De ahí, a decir que desde los años 70 del siglo pasado, los seres humanos vivimos muy por encima de nuestros medios, no es otra cosa que negar el desarrollo. Sobre todo, el desarrollo de los países sub-desarrollados.

El redactor del artículo que menciono intenta aportar datos, pero sin fundamentos. Es un alarmista empedernido que dice: “en el año 2012, el «día del exceso» se alcanzó 36 días antes que en el 2011”, “la curva hacia abajo es constante”, “los datos de esta ONG se basan en datos científicos que se articulan en torno a una medida, «el hag», que es la hectárea global mediante la cual se compara la bio-capacidad del planeta con el consumo de cada país”.

Por supuesto, viéndolo así, los resultados del estudio tienen que ser, por obligación, catastrófico. El planeta no son solo los países que lo ocupan.

Peor aún: Dudo muchísimo que los datos obtenidos por dicha ONG sean totalmente ciertos.

Es entonces que el redactor del artículo nos dice que los cuatro meses restantes del año 2012, la humanidad vivirá a crédito. O lo que es igual: el planeta nos prestará los recursos si los seres humanos somos capaces de garantizar su devolución.

¡Es para partirse de la risa!

El planeta tendrá confianza en que los seres humanos cumplirán los compromisos.

A partir de este momento comienzan las amenazas.

“La hora del balance ha llegado”.

“El cambio climático como consecuencia de los gases de efecto invernadero que se emiten más rápido de lo que pueden ser absorbidos por bosques y océanos es la consecuencia más tangible y urgente”, dicen.

No está probado que los gases de efecto invernadero sean absorbidos por bosques y océanos.

Y no soy contrario a que se preserven los bosques, o que se preserven las especies (aunque la llamada “ley natural” las condene a la extinción en beneficio de las más capaces).

Ahora bien, los precios de los productos básicos y los disturbios civiles no guardan una relación proporcional con los incidentes descritos con anterioridad, sino con los precios del barril de petróleo.

Me opongo rotundamente a la conclusión alarmista y desproporcionada de la ONG de marras cuando dice:

“Las crisis ambientales y financieras que estamos experimentando son los síntomas de una inminente catástrofe”, para luego culpar a la humanidad de semejante imbecilidad.

Más adelante, nos dice el artículo que no toda la humanidad tiene la misma responsabilidad y comienza a culpar a los Estados Unidos (no podía ser de otra forma) y a ¿Brasil?, de ser los que van al frente de la inminente “catástrofe”. Los Estados Unidos le llevan cuatro meses de ventaja al Brasil (risas prolongadas).

Poco después comienza a realizar una serie de comparaciones absurdas y ridículas sobre los consumos de los países mencionados y algunos otros, para pasar a culpar al “Occidente”, en el general deterioro planetario.

Por último, el autor del artículo cita al fundador de la catastrofista ONG, el cual nos recuerda que el déficit ecológico se agranda de manera exponencial desde hace 50 años y que la solución (dice recuperación) solo (absolutismo total) podrá tener éxito si estuviese acompañada de reducciones sistemáticas de nuestra demanda de recursos…

Quiere decir, que no solo debemos parar el desarrollo, sino que también debemos retroceder en el nivel de vida alcanzado por la humanidad en su conjunto, así como que los países sub-desarrollados deben olvidarse del “pan de piquitos”.

De lo contrario, “el desastre se encargará de hacerlo”.

Dejémonos de tonterías.

Es el precio del barril de petróleo lo que nos tiene “cagando por los portales” a todos los países del mundo, tanto a los industrializados como a los que no lo están.

Los países industrializados son los que más petróleo consumen y a la vez los que más productos producen (agrícolas y tecnológicos).

El aumento de los precios de todos los productos incide directamente en el nivel de vida y desarrollo de la humanidad en su conjunto.

Los países europeos no pueden mantener su nivel de vida pagando más de 50 euros por barril. Los precios de sus productos exportables aumentarán e incidirán negativamente en todos los consumidores. Los países sub-desarrollados sufrirán las consecuencias mucho peor.

¿Cuáles son los países exportadores de petróleo?

¿A cuales intereses socio-políticos responden los países exportadores de petróleo?

La mayoría son petro-monarquías absolutistas y dictaduras autoritarias con fachadas democráticas.

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lunes, 27 de agosto de 2012

Comienza la Cuarentena (la crisis de octubre)

             Octubre de 1962









                Comienza la Cuarentena
 
 


Raúl Curbelo Morales, Jefe de la Fuerza Aérea del régimen de Fidel Castro durante la Crisis de Octubre
Página del libro de vuelo del piloto Bobrov


Dmitry Bobrov 


Dmitry Bobrov  Durante los eventos descritos ostentaba el grado militar de Mayor, Sustituto del Jefe del regimiento Aéreo para los reconocimientos.

 
Dmitry Bobrov: A finales del mes de octubre de 1962, el Segundo escuadrón de mi Regimiento se trasladó desde la Base Aérea de Santa Clara para la Base Aérea de San Antonio, cerca de La Habana. Recibimos la orden de traslado en composición de escuadrilla (cuatro aviones) armados con cohetes aire-aire.
Durante el vuelo de traslado, el Teniente Coronel Perovsky pudo ver visualmente (se puede ver por radar), a una distancia aproximada de 1 a 1,5 kilómetros, dos aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, del tipo F-101 Voodoo, los cuales aparentemente realizaban una tarea de reconocimiento sobre Cuba. Perovsky informó al Puesto de Mando y solicitó permiso para atacarlos, pero el PM fue categórico “PROHIBIDO”. Fue el primer encuentro con los pilotos americanos en el aire.


Desde que mudamos de posición, los vuelos de reconocimiento de la USAF sobre la Base Aérea de San Antonio de los Baños se hizo regular. Tuve que escuchar reproches de los militares cubanos, en la guardia combativa, sobre el por qué razón no despegaban nuestros modernos MIG-21F13 en el momento que se realizaban los vuelos de reconocimiento norteamericanos. El asunto consistía en que realizábamos la guardia de conjunto y los pilotos cubanos se encontraban volando aviones MIG-17 y MIG-19. Nuestra respuesta era que no habíamos recibido tal orden.


A las 17:00 hrs., del jueves 25 de octubre de 1962 se realizaron algunos planteamientos interesantes (por su valor histórico)  en el Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos:
Dean Rusk, informó que Kruchev había accedido a las conversaciones en New York bajo el auspicio de la ONU.
Robert McNamara, planteó que se debían decidir las medidas a tomar para abordar los barcos que llegarían al día siguiente a la línea de inspección: el buque tanque soviético Grozni y un barco de pasajeros de la Alemania Oriental. Recomendó que no se detuviera este último, pues si se niega a detenerse habrá que dispararle al timón o embestirlo, y eso podría ser muy peligroso para los 1 500 pasajeros.

Rusk: Sugirió que se podrían comprar comprar los barcos que se dirigían a Cuba, pagando al capitán o al dueño lo que pidan por desertar con las naves.
 
 

John F Kennedy: Expresó que se debía actuar con rapidez, porque el trabajo en los emplazamientos de cohetes continuaba y pronto tendrían que respaldar con hechos la firmeza que habían mostrado hasta el momento.

Más tarde los norteamericanos respondieron a U Thant que si Kruchev mantenía sus barcos fuera del área de la cuarentena, ellos evitarían la confrontación.

Al final del día el regimiento de Candelaria-San Cristóbal y el segundo grupo de combate del regimiento de Santa Cruz de los Pinos-San Cristóbal se encontraban listos para el combate. Además, esa noche comenzó el traslado, desde el puerto de La Isabela hacia la región oriental, de las cabezas de combate nucleares que faltaban para los cohetes alados tácticos FKR.

Los norteamericanos comenzaban a barajar la posibilidad de intercambiar los cohetes “Júpiter” de Turquía, por los cohetes rusos instalados en Cuba.

Esa noche se conocieron los resultados de la interpretación de las últimas fotografías aéreas:

Los bombarderos tácticos IL-28 estaban siendo desembalados y montados.

Se ordenó aumentar la cantidad de vuelos a baja altura sobre Cuba, de dos al día, para uno cada dos horas.

El día 26 de octubre de 1962 fue detenido y abordado el primer barco durante la cuarentena. Se trataba del “Marucla”, de propiedad panameña y matrícula libanesa, fletado por la URSS y viajaba hacia Cuba desde el puerto de Riga. No suponía un ataque directo contra los soviéticos debido a no ser de su propiedad. No se encontró arma alguna y le fue permitido continuar.

A continuación pasó la línea de intercepción el barco de pasajeros de la Alemania oriental.

Durante toda la cuerentena, el único barco inspeccionado fue el “Marucla”.

Este mismo día Kruchev le comunica a U Thant, que aceptaba que los barcos soviéticos se mantuvieran fuera del área de intercepción y le advertía que esa situación no podría prolongarse.

Teniendo en cuenta el incremento de los vuelos rasantes por parte de los Estados Unidos, Fidel Castro decidió impedirlos y ordenó que a partir del amanecer del día 27 de octubre de 1962 se abriera fuego contra todo avión que sobrevolara el espacio aéreo de la isla y solicitó una reunión con el General de Ejército Pliev, con el propósito de informarle la decisión adoptada.

A las diez de la mañana del día 26 de octubre de 1962 se efectuó en Washington la reunión del Comité Ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad, donde se realizaron, entre otros, los planteamientos siguientes:

Rusk: El objetivo de las negociaciones que comenzaban a través de U Thant eran lograr el compromiso de que no se construirían nuevos emplazamientos en Cuba, no hubiera nuevos embarques militares adicionales, se desactivaran las armas existentes en Cuba y que la ONU inspeccionara en el terreno mediante un cuerpo de 350 inspectores técnicamente capaces. Además, los buques de guerra norteamericanos se mantendrían cerca de todos los puertos cubanos para garantizar que no hubiera desembarcos desconocidos por los inspectores. En relación con la zona libre de armas nucleares dijo que Puerto Rico y la Zona del Canal serían excluidos.

Rusk: Comentó que estamos comprometidos a no invadir a Cuba, ya que hemos firmado la Carta de la ONU.

Adlai Stevenson, dijo que los rusos pedirían una nueva garantía para la integridad territorial de Cuba y el desmantelamiento de los cohetes estadounidenses en Turquía.

Mientras tanto, Alexandr Feklisov había invitado a almorzar a John Scally en el restaurante "Occidental".

Cuenta Feklisov que nadie lo había autorizado a plantear, a Scally, la posible ocupación de Berlín Occidental como respuesta a la invasión a Cuba.

Aquella misma tarde Scally telefoneó a la embajada rusa y le pidió Feklisov, que se encontraran de inmediato. Cuando estuvieron frente a frente Scally le informó que cumpliendo un encargo de la "más alta autoridad", él proponía las siguientes condiciones para llegar a un arreglo en la Crisis:

1. La URSS desmontará y retirará de Cuba las rampas coheteriles bajo la supervisión de la ONU.

2. Los Estados Unidos levantarán la cuarentena.

3. Los Estados Unidos harán públicamente el compromiso de no invadir a Cuba.

Entonces le pedí, dice Flekisov, que precisara el significado de la "más alta autoridad", y él dijo, recalcando cada palabra: "John Fitzgerald Kennedy, el presidente de Estados Unidos".

Las fotos obtenidas en los vuelos a baja altura del día anterior mostraban el rápido desarrollo de los emplazamientos de cohetes de alcance medio en Cuba y, además, confirmaron la presencia de cohetes tácticos "Luna", los que podían ser equipados con cargas convencionales o nucleares; por esta causa la Junta de Jefes de Estados Mayores (JJEM) autorizó al almirante Dennison a equipar las fuerzas de invasión con sistemas portadores con capacidad nuclear, específicamente, obuses de ocho pulgadas y cohetes "Honest John", comparables a los "Luna", pero prohibió la introducción de armas nucleares en Cuba sin una aprobación ulterior.

Esto solo podría hacerse si las tropas soviéticas disparaban armas nucleares tácticas para defender la Isla y si, conforme a las leyes norteamericanas, el Presidente autorizaba a responder con tales armas.

En los círculos oficiales de los Estados Unidos se consideraba que sus tropas no necesitaban armas nucleares para vencer en Cuba, dada la superioridad en armas convencionales y efectivos; por lo que teniendo en cuenta la suposición del pequeño número de tropas soviéticas en la Isla, los planificadores militares pensaban que no tendría sentido que los defensores emplearan ese tipo de armas, arriesgando así una escalada de las acciones. Se creía que, aunque esta era una "posibilidad" que se podía aceptar, no era "probable". Nadie sospechaba siquiera que el arsenal nuclear táctico en Cuba alcanzaba las 98 armas de esta clase.  De lo que sí estaban seguros era que esas armas no estaban en las manos de Fidel Castro.

Esa tarde se recibió una carta de Kruchev para el Kennedy. Era larga y emotiva, y resultaba evidente que había sido escrita personalmente por él. El aspecto emotivo se refería fundamentalmente a los muertos y la destrucción que acarrearía una guerra nuclear. Repetía una y otra vez que eso tenía que evitarse; ya cerca del final planteaba: "Si se dieran aseveraciones del presidente y del gobierno de los Estados Unidos, de que ese país no participará en la invasión a Cuba e impedirá a otros que realicen actos similares y si ustedes retiran su flota, esto cambiaría de inmediato (...) Entonces cesaría también la cuestión sobre el armamento, ya que si no hay amenaza el armamento es una carga para cualquier pueblo".

No obstante la carta de Kruchev, la Casa Blanca declaró que continuaba la instalación de cohetes en Cuba y que no había pruebas que indicaran la intención de desmantelar esas bases o interrumpir el trabajo en las mismas. Por el contrario, se siguen construyendo y procuran disimulra sus esfuerzos a toda costa.

Fidel Castro y Pliev se reúnen en la tarde-noche de ese día en la Jefatura de la Agrupación de Tropas Soviéticas, prueba más que evidente de la subordinación del primero al segundo.

Fidel Castro argumentó la decisión de derribar los aviones norteamericanos en vuelo rasante a partir del amanecer y logró persuadir al Jefe Soviético de la necesidad de incorporar los radares de los grupos coheteriles anti-aéreos a la guardia combativa. Insistió en que no mantuviera los cohetes concentrados en un solo lugar.

En la reunión, todos los jefes de las unidades soviéticas declararon que se encontraban listos para el combate.

Ambos mandos consideraron que era inminente el comienzo de las hostilidades y debían estar preparados para un ataque aéreo masivo entre los días 27 y 29 de octubre.

El mando soviético envió un informe a Moscú sobre la situación existente y la decisión de los cubanos de disparar contra los aviones en vuelo rasante, y solicitó instrucciones sobre la forma de actuar en las condiciones creadas, pero el Ministerio de Defensa no respondió.

Esa noche, en Washington, se reunieron en secreto el embajador de la URSS, Dobrinin y Robert Kennedy. Durante la conversación el diplomático soviético expresó que en Turquía había una base coheteril norteamericana y no se planteaban situaciones extremas con ella. El Fiscal General respondió que si la URSS estaba interesada en la salida de los cohetes de Turquía lo consultaría de inmediato con su hermano. Salió del salón donde se encontraban, regresó poco después y dijo que se podía examinar la cuestión de los cohetes de Turquía. El contenido de la entrevista fue informado de inmediato al Kremlin.

A las 9:30 p.m. la Jefatura de la ATS autorizó que se comenzara a trabajar con todos los equipos de comunicaciones por radio y que los radares y demás medios de los complejos coheteriles antiaéreos irradiaran al espacio; los grupos fueron puestos en régimen de preparación de seis minutos. A los jefes de unidades de la defensa antiaérea se les autorizó a abrir fuego contra los aviones que atacaran las posiciones y objetivos de las tropas.

En el transcurso de esa noche y por decisión del General de Ejército Pliev, las cabezas de combate nucleares fueron llevadas desde el almacén central de la Agrupación hacia las regiones de los asentamientos de campaña de los regimientos.

A los regimientos coheteriles les fueron puntualizadas las misiones de combate y les entregaron las tareas de vuelo que habían sido debidamente preparadas para los cohetes; estas tareas eran capaces de garantizar que las cabezas nucleares lanzadas con cada uno de ellos describieran las trayectorias previstas desde las rampas de lanzamiento hasta los blancos seleccionados en el territorio de los Estados Unidos. No obstante, ni uno solo de los cohetes R-12 fue abastecido con combustible y oxidante, no se efectuó el acoplamiento de las cabezas de combate ni se introdujeron las tareas de vuelo.


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viernes, 24 de agosto de 2012

La crisis se complica (la crisis de octubre)

Octubre de 1962



 

Nikolay Pakhomov, Teniente Coronel retirado. En Cuba ostentaba el grado de Mayor y fungía como Jefe del Estado Mayor de un Regimiento de Cazas. Nacido en 1923, se graduó de piloto de aviones I-16 y La-5. Prestó servicios en el Lejano Oriente. Combatió contra los japoneses en 1945. En 1947 debido a problemas de salud causó baja como piloto de combate y pasó a ocupar cargos de Estados Mayores. Desde 1947 hasta 1955 prestó servicios en el Lejano Oriente. Falleció en octubre del año 2005.

 

Extractos de su diario privado:

 

El 13 de julio de 1962 me informaron que debía partir para Moscú inmediatamente. La razón era desconocida. Me esperaba un automóvil en el aeródromo de Moscú. En el Estado Mayor aguardaba por mí el  General Gorbatyuk. Me dijo: “Hemos decidió enviarle a un viaje de negocios, a un país húmedo y caliente. ¿Alguna objeción? Por acaso no tenía ninguna. El día 14, todos los oficiales allí reunidos abordamos un ómnibus que nos condujo a una sastrería en la cual nos proporcionaron uniformes y calzado, los cuales fueron debidamente marcados. Después de esto nos entregaron ropas civiles y a continuación entregamos todos nuestros documentos de identificación. El día 15 de julio nos dieron instrucciones de cómo comportarnos en el exterior. Nos entregaron 15 dólares norteamericanos y nos informaron que el viaje de negocios comenzaría el siguiente día. En la mañana del día 16 de julio el Coronel Shibanov me proporcionó su automóvil para trasladarme con mi familia al Estado Mayor de Moscú. Allí recibí mi nueva documentación. El pasaporte decía que yo era “operador de maquinaria agrícola”. También me entregaron los papeles para el viaje a Cuba. Con mucha dificultad persuadí a un oficial acompañante para que me autorizara a despedirme de mi familia. Me dio un solo minuto. Les dije que iba para Cuba durante un tiempo desconocido.

Antes de que el avión despegara, Raúl Castro y el Mariscal Zakharov subieron a bordo y nos felicitaron: “Saludos queridos camaradas agricultores”. Raúl Castro voló con nosotros hacia La Habana en un IL-18 que despegó a las 19:45 hrs., de Moscú. Cinco horas más tarde aterrizábamos en el aeródromo de Presvich, cerca de Glasgow, Escocia. El día 17 de julio de 1962 llegamos a Gander, Canadá. Seis horas y 25 minutos nos tomó llegar a La Habana. El aeropuerto se veía bueno. La cerveza era buena.


La Crisis se intensifica

El presidente Kennedy ordenó al jefe estadounidense en Turquía que hiciera "inoperables" los Júpiter, es decir, que los destruyera inmediatamente, si se intentaba dispararlos sin una autorización presidencial expresa.

Esa tarde se hicieron proposiciones y se tomaron decisiones importantes, entre otras estaban las siguientes:

-Se debía asestar el golpe aéreo de gran envergadura, atacando los cohetes de alcance medio, las bases aéreas, los cohetes antiaéreos, los depósitos nucleares si se descubrían, almacenes militares, tanques, medios navales de combate y demás objetivos significativos que pudieran afectar a los Estados Unidos o a sus fuerzas.

-Se debía implantar un bloqueo naval total y comenzar la ejecución de los planes de invasión elaborados: el OPLAN-314 o el 316 según se decidiera.

-Se hacía necesario dispersar los bombarderos estratégicos.

-Después del discurso del Presidente Kennedy sobre la situación, habría que pasar a DEFCON 2 a las fuerzas estadounidenses a nivel mundial.

-Tomar medidas para la defensa de la Base Naval de Guantánamo.

-Se hacía necesario aumentar la defensa antiaérea en el sudeste de los Estados Unidos e incrementar las patrullas aéreas con interceptores durante las 24 horas, reforzándolas en el horario diurno.

-Sería necesaria la movilización de 150 mil reservistas.

-Debía considerarse la declaración del estado de emergencia nacional.

-El peligro de los cohetes de alcance medio emplazados en Cuba era lo suficientemente grande para justificar el ataque, incluso después que los cohetes alcanzaran el estado operacional.

Los integrantes de la Junta de Jefes de Estados Mayores se mantuvieron firmes y unidos al recomendar el uso de una fuerza militar aplastante contra las posiciones soviéticas y cubanas en la Isla. Defendieron en todo momento el uso de la fuerza, y se prepararon para el golpe aéreo y la invasión.

No obstante, en la tarde de aquel martes el Secretario de Defensa pidió las opiniones de la Junta de Jefes de Estados Mayores sobre las probables reacciones soviéticas a un ataque de Estados Unidos contra Cuba, las que debían ser presentadas al día siguiente (17 de octubre).

El secretario del Tesoro, Douglas Dillon, el secretario asistente de Defensa para la Seguridad Internacional, Paul Nitze y los integrantes de la Junta de Jefes de Estados Mayores dudaban que la Crisis desembocara en una guerra nuclear y confiaban en que finalmente los soviéticos cederían.
Paul Nitze

Douglas Dillon


Consideraban que el equilibrio nuclear estratégico era un factor significativo y en ocasiones determinante en la adopción de decisiones durante la guerra fría. Pensaban que el esfuerzo de Kruchev por instalar los cohetes en Cuba constituía un ejemplo evidente de ello.
Un tema, muy importante en aquel momento, era la relación que podía haber entre las acciones soviéticas en el Caribe y sus objetivos en Europa. Los norteamericanos consideraban las crisis de Berlín y Cuba como dos caras de la misma moneda; esperaban una fuerte reacción soviética en Berlín ante cualquier acción militar en Cuba. Sin embargo, los funcionarios soviéticos de la época han manifestado que para ellos Cuba y Berlín eran dos temas independientes, sin ningún vínculo entre ellos.

Para entender mejor los acontecimientos, es necesario reconocer que el carácter secreto de la Operación "Anadir" contribuyó a intensificar la Crisis.




Los norteamericanos podían estar evidentemente preocupados por la aparición repentina y encubierta de cohetes estacionados tan cerca de los Estados Unidos. La alarma se agravó por el hecho de que los diplomáticos soviéticos negaron la verdad hasta el último minuto. Todo parece indicar que los embajadores soviéticos en Washington y en la ONU no conocían sobre el tema, pues Kruchev lo había ocultado deliberadamente. Su activa campaña de desinformación pudo hacer que Kennedy y sus asesores sospecharan que la Unión Soviética estaba preparando un ataque sorpresivo con cohetes contra los Estados Unidos.

Desde el mismo martes 16 de octubre comenzó a organizarse el Comando Unificado del Atlántico, órgano principal de mando para la dirección de las acciones militares, al cual estarían subordinadas todas las fuerzas terrestres, navales y aéreas comprometidas.

En Cuba, seguían desarrollándose las actividades planificadas, correspondiendo a aquella fecha la llegada al puerto del Mariel de la motonave "Omsk" en su segundo viaje, transportando entre otras cosas cinco cohetes R-12 de combate y dos de instrucción para el regimiento que se emplazaba en Santa Cruz de los Pinos-San Cristóbal, con lo que se completaban los 42 cohetes del tipo R-12 destinados a la división coheteril estratégica.


 
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domingo, 5 de agosto de 2012

El día 22 (la crisis de octubre)

               Octubre de 1962


                               El día 22


El día 22 de octubre de 1962, en horas de la tarde, el Presidente Kennedy manifestó que no se había actuado contra el régimen de Fidel Castro, porque no se tenían evidencias sobre la existencia de emplazamiento de cohetes.

El Fiscal General le ripostó que si se hubiesen realizado vuelos de aviones U-2 posiblemente hubiesen sido detectados mucho antes.

Kennedy continuó diciendo que los cohetes soviéticos en Cuba tenían un efecto sicológico diferente y expuso las razones por las cuales había decidido no asestar el golpe aéreo masivo sorpresivo.

1.- No tenían  la seguridad de destruir o incapacitar todas las rampas de lanzamiento.

2.- La acción sería comparable con el artero ataque japonés en Pearl Harbour.

3.- Constituiría el incremento del peligro de llegar a una guerra nuclear.

Kennedy continuaba pensado que existía la posibilidad de resolver el conflicto por vías pacíficas.

Fidel Castro, que hasta el momento se había mantenido en un segundo o tercer plano, observando los toros (desde la barrera), consideró oportuno ordenar la situación de alerta a sus incipientes fuerzas armadas. Los historiadores consideran las 15:50 hrs., como la más probable. No obstante, a las 17:35 hrs., de ese mismo día (tan solo una hora y media más tarde) ordenó la alarma de combate. Una hora y media antes de que el Presidente Kennedy se dirigiera a la nación norte-americana, para informar de la situación creada por los soviéticos en el mediterráneo americano.

A 50 años de lo que pudo ser, los pretendidos historiadores del régimen de los hermanos dictadores, nos embusten con “divisiones de tiempo de guerra” ocupando posiciones de defensa en el litoral y de otras (de un imaginario segundo escalón) con misiones de destruir desembarcos aéreos y muchas etcéteras.

A las 18:00 hrs., Dobrinin (el embajador soviético en Washington) fue llamado a la oficina de Dean Rusk para hacerle entrega de una copia del discurso que Kennedy iba a pronunciar. Dicen, los chismosos, que Dobrinin salió, de la oficina de Rusk, totalmente pálido.
Foy Kholer


Simultáneamente, el embajador norte-americano en Moscú Foy Kholer, entregó en el Kremlin una carta de Kennedy a Kruchev conteniendo el texto del discurso. No recibió respuesta inmediata. Por su parte Adlai Stevenson, informó al Secretario General de las Naciones Unidas U Tahnt, sobre el discurso que pronunciaría Kennedy.

U Thant


Estados Unidos solicitaba una reunión urgente del Consejo de Seguridad.
Al anochecer y poco antes de que Kennedy comenzara su discurso, 22 aviones equipados con cohetes aire-aire volaban entre Cuba y los Estados Unidos.
Desde el inicio de su discurso, Kennedy dejó bien claro que los cohetes nucleares emplazados en Cuba eran de tipo ofensivo. A nadie, que se encuentre en su sano juicio se le ocurriría utilizar el arma nuclear en territorio propio.

Constituye una payasada histórica insinuar que los soviéticos pretendieran atacar con esos cohetes a Costa Rica o Haití. Lo que está, meridianamente claro, es que se encontraban destinados, por los más que pérfidos soviéticos, a ser utilizados en el Hemisferio Occidental.
La Base Estratégica soviética instalada en territorio cubano constituía una seria amenaza para la paz, no solo del continente americano, sino del mundo en su totalidad.
Kennedy insistía en que Kruchev se había pasado por el “arco del triunfo” sus advertencias públicas realizadas los días 4 y 13 de septiembre del propio año.
Kennedy informaba, al mundo, una estricta “cuarentena” de todo tipo de equipo militar destinado al régimen impuesto por Fidel Castro en Cuba.

Para los historiadores del régimen dictatorial, totalitario y neofeudal de los hermanos Castro Ruz, hubiese sido mejor el estallido de una conflagración de escala planetaria, a la “moderada”, pero útil detención de barcos en alta mar.
¿Que se violaban leyes internacionales? Efectivamente.
¿Cuál es el derecho internacional que asiste a un país, para la instalación de armas nucleares con el propósito de atacar al adversario?
O sea, el Kremlin consideraba que podía actuar a su antojo en cualquier parte del mundo, bajo el “amparo” de leyes internacionales.
Al final de su discurso, Kennedy se dirigió al pueblo cubano:

“Yo observé, y el pueblo norte-americano observó con profundo dolor, la manera en que vuestra revolución nacionalista fue traicionada y en que vuestra patria cayó bajo el dominio extranjero. Ahora, vuestros líderes no son ya líderes cubanos que se inspiran en los ideales de Cuba. Son marionetas, agentes de una conspiración internacional que ha hecho que Cuba se vuelva contra sus amigos y vecinos de América y se convierta en el primer país latinoamericano que puede ser blanco de una guerra nuclear, en el primer país latinoamericano que tiene en su territorio armas de esta clase.
"(...) Pero nuestro país no quiere causaros sufrimientos ni imponeros ningún sistema político.

"(...) Y no tengo la menor duda de que la mayoría de los cubanos esperan hoy el momento de ser verdaderamente libres, libres de la dominación extranjera, libres de elegir sus propios líderes, libres de escoger su propio sistema, libres de poseer su propia tierra, libres de hablar, de escribir y de adorar sin miedo y sin humillación".
Resumiendo y concluyendo: Las dos superpotencias se encontraban al borde de una catástrofe nuclear por un archipiélago de 109 mil kilómetros cuadrados y una población de 6 millones de habitantes.
Kennedy estaba siendo muy brusco en su discurso. El Kremlin se encontraba perplejo. Nunca hubieran imaginado que, los pragmáticos norte-americanos, fueran tan viscerales en un asunto de “tan poca importancia”.

No perseguía causar impresión. Los cohetes soviéticos representaban una amenaza mortal. ¿O es que el arma nuclear no va más allá de juego de niños?
Cartas secretas entre un Presidente y un Dictador
El canal secreto había sido organizado por Robert Kennedy
Robert Kennedy


Se efectuaba a través de un diplomático soviético en Washignton llamado, Bolchakov. Esta comunicación directa fue muy importante. En este canal no podían influir, la CIA ni el Departamento de Estado, ni el Pentágono. De esta forma, los Kennedy pretendían hablar el lenguaje y hacerle el juego de riposta al dictador soviético.
En la primera carta Kennedy expresó su esperanza de que Kruchev se abstuviera de acciones que complicaran la crisis y que a la vez colaborara en su rápida solución.
Mientras esto ocurría, en Cuba Fidel Castro hacía maravillas para ganarse la confianza del General Pliev, quién había convocado a una reunión ampliada del Consejo Militar de la ATS. En esta reunión ordenó que todas las unidades fuesen puestas en completa disposición combativa.

En su discurso dijo:
"Si el enemigo no emplea el arma nuclear combatiremos con armas convencionales. No tenemos a dónde retroceder, estamos lejos de la Patria y la reserva de combate alcanza para 5-6 semanas. Si destruyen la Agrupación combatiremos en composición de una división, si destruyen la división, en composición de regimiento, si destruyen el regimiento nos iremos a las montañas a desarrollar la lucha guerrillera..."
Definitivamente, ya se percibía cierta complicidad del militar soviético con el dictador caribeño.  









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FAO en Cuba

FAO en Cuba Artículo de opinión sobre un artículo de la FAO, por Mario Riva Morales https://www.fao.org/cuba/fao-en-cuba/cuba-en-una- mirada...